COMBUSTIBLES Y EFECTOS DEL MEDIO AMBIENTE
COMBUSTIBLES Y EFECTOS DEL MEDIO AMBIENTE
Los combustibles fósiles son fuentes de energía que provienen de los restos de plantas y animales. Se necesitan millones de años para que se formen. Según la EPA (siglas en inglés de la Agencia de Protección Ambiental), el 86 por ciento del consumo mundial de energía proviene de estas fuentes. Hay tres combustibles fósiles: petróleo, gas natural y carbón. El carbón es el más abundante y el menos caro. Los combustibles fósiles presentan dos problemas importantes. (1) Son fuentes no renovables de energía. Con el tiempo se han agotado. (2) La quema de ellos tiene efectos perjudiciales sobre la salud humana y el medio ambiente. Estos factores han inspirado la investigación de formas alternativas de energía.
CLASES DE COMBUSTIBLES
Aunque combustible es cualquier substancia que pueda arder, habitualmente se reserva esta denominación para aquellos materiales que son quemados para producir energía calorífica.
Los combustibles pueden clasificarse, según el estado en que se presentan, en:
- combustibles sólidos: leña, carbón vegetal, carbón mineral, carbón de coque;
- combustibles líquidos: gasolina, gasóleo, petróleo industrial (queroseno), fueil-oil, alcoholes, y
- combustibles gaseosos: gas ciudad, gas natural, propano, butano, acetileno.
Los combustibles tienen una importancia fundamental en el mundo actual y dan un gran poder económico a los países que los poseen.
Los combustibles sólidos
La leña fue el combustible más usado por el hombre hasta que se empezó a utilizar el carbón mineral. En la actualidad la leña es escasa y cara y sólo se utiliza como combustible en las chimeneas hogar o para iniciar la combustión del carbón en pequeños hornos.
- Carbón vegetal. Es el que se obtiene mediante la combustión incompleta de la madera. La carbonización de la madera se realiza en hornos o en las antiguas «carboneras», consistentes en una pila de leña cubierta de tierra y con orificios que se abren o se cierran para controlar el caudal de aire a fin de que la combustión no se detenga. El calor producido por la combustión de una pequeña parte de la madera apilada produce la carbonización del resto.
Este combustible arde con mucha facilidad, contiene pocas impurezas y su potencia calorífica es de 8000 Kcal/kg, por lo que era muy utilizado para tratamientos térmicos de metales y para cocinar, sobre todo el carbón de maderas duras como la encina.
En la actualidad el carbón vegetal se utiliza muy poco debido a la escasez de madera y a su elevado precio.
- Carbón mineral. Se generalizó su utilización en el siglo XVIII con la revolución industrial, debido a que la naciente industrialización exigía grandes cantidades de combustible.
Se encuentra en el subsuelo a diferentes profundidades formando vetas de diferentes tamaños que proceden de la carbonización natural de grandes masas vegetales sepultadas hace millones de años.
Salvo en las minas a cielo abierto o de superficie, la explotación de la mina de carbón se realiza mediante la excavación de pozos para permitir el acceso directo de los trabajadores a la yeta. Los pozos y galerías se airean con grandes ventiladores y tubos.
El arranque del carbón, que se hacía con pico y pala, se realiza ahora en las pequeñas explotaciones fraccionándolo con máquinas perforadoras movidas por aire comprimido. En las minas más grandes el arranque se realiza con las ruedas dentadas de poderosas máquinas que depositan el carbón en cintas transportadoras o en trenes interiores, los cuales llevan el carbón hasta los montacargas de los pozos para sacarlo a la superficie.
El carbón mineral contiene impurezas, muchas de las cuales se eliminan con un tratamiento de lavado en la zona minera. No ocurre así con el azufre, que crea problemas de contaminación con su combustión. Después del lavado, el carbón se clasifica por tipos y tamaños: en bloques, tal como sale de la mina, o cribado. Estos últimos son de diferentes tamaños siempre inferiores a 50 mm: galleta, granza, menudo o cisco, etc.
A medida que avanza la explotación se toman medidas para aumentar la seguridad: los túneles o galerías se apuntalan con columnas y vigas de madera o de hierro para evitar derrumbamientos, se hacen instalaciones para la extracción del agua de las inevitables infiltraciones y para la aireación y extracción de los gases explosivos (metano) que desprende el carbón.
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